El amor materno: Es la única clase de amor incondicional que existe, la más alta expresión de amor generoso y altruista. Incluye tanto el cuidado y la responsabilidad por el niño y su crecimiento, como la alegría que experimenta la madre de estar viva y de su amor por la vida.
La mayoría de las madres brindan a su hijo el alimento para su desarrollo, pero solo unas pocas le inculcan también la felicidad de estar vivas; porque para lograrlo deben ser madres felices y no todas alcanzan ese objetivo.
El amor a Dios: El amor como actitud, es la necesidad de superar la angustia por medio de la unión; lo mismo es el amor a Dios.
Dios es el símbolo del principio de unidad que subyace al mundo de las cosas, la fuente de todo, pero no podemos saber quién es Él con el pensamiento sino con la experiencia de unidad cuando nos identificamos con Él; de manera que lo más importante es la forma de vivir correcta.
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